Yo añadiría otra más, una condición, que creo que es donde reposan todas las demás, y la cual, pienso, tú tienes muy desarrollada: La visión escéptica del mundo.

Por visión escéptica me refiero a no dar todo por hecho, a plantearse incluso el porqué de las cosas más triviales. Creo tú practicas esta suerte con intensividad y éxito. Así, te he visto decir de pronto, como quien regresa de una larga reflexión, ante la contemplación de unas púberes de minifalda: “Qué niñas tan chicas. Qué chicas tan niñas”, o inventar palabras sin la intención de hacerlo, como algo natural: “El otro día se me oçcurrió una palabra: tiramisunami”, o tu generador de surrealismo que producía frases como “El amor es cuando una compañía elabora un producto”.

Pero, probablemente, esta capacidad no tendría futuro sin los consejos anteriores que nos das. Tu blog, o tu página en general, es el resultado de haber conjuntado tu disposición natural, con esa disciplina que aconsejas.

Y por eso es tan bueno.

Saludos.

Saludos Román